Te propongo a continuación dos rituales y un par de sugerencias en este artículo de recetas mágicas para el verano.
En verano la tierra se recarga de una energía muy especial que impregna cada lugar de magia y ayuda a ilusionarnos, a ver la vida desde una perspectiva más abierta, a disfrutar de sus parabienes.
El verano va a empezar oficialmente el día veintiuno de junio de 2017 a las 4:25 hora solar (dos horas más tarde en la península). Será el momento en el que el Sol entre en el signo de Cáncer.
En verano es cuando el hemisferio norte se encuentra en su punto más cercano al Sol. Si tenemos en cuenta que en el lenguaje simbólico, el Sol representa la consciencia, significa que el verano es el periodo en el cual estamos más en consonancia con lo que dicta nuestro Pepito Grillo particular.
Será así un periodo propicio para la meditación, para formularse preguntas personales, profundas, para ir hasta el fondo de las cuestiones, porque resultará mucho más sencillo encontrar respuestas.
Por otro lado, el Sol también representa al Ego Superior, a nuestra personalidad interna. Así, en verano, cuando los días son más largos, debemos aprovechar para rendir culto al Ego, es decir, para regalarnos momentos relajados, en los que sentirse a gusto en nuestra piel, y otros espléndidos, divertidos, embriagadores, aventureros. Se trata de aprovechar esta época para salirnos del guión establecido, de la rutina diaria y realizar actividades distintas, preferentemente lúdicas, que nos ayuden a disfrutar de nuestra vida y de la de los seres queridos. Esta es la razón que hace que sea la época de las vacaciones.
Otra característica interesante del verano es que el Sol impulsa a ser más positivos, a enfocar los problemas desde una perspectiva más abierta. Resultará fácil desprendernos de los malos sentimientos, de los pensamientos negativos, de las situaciones que generan un chapapote emocional que se pega a nuestra piel. Ello es debido a que hay más luz en la tierra y la luz ayuda a ver, a comprender y a asimilar mejor las circunstancias vividas. La luz, en el lenguaje simbólico, es comprensión.
Fuerzas de la naturaleza
La cultura esotérica nos cuenta que el verano es la época en que los espíritus de la naturaleza campan a sus anchas. Se abre así un periodo mágico en el que podemos formular deseos.
A los espíritus de la tierra, los Gnomos, podemos pedir que nuestros asuntos prácticos se materialicen (ganar más dinero, conseguir un piso, alcanzar mayores responsabilidades laborales).
A los del aire, las Sílfides, podemos pedir que nuestros pensamientos resulten positivos (que razonemos bien las cosas).
A los del agua, las Ondinas podemos encomendarnos para que equilibren nuestras emociones y para que el amor esté presente en nuestra vida.
Y a los espíritus del fuego, las Salamandras, les pediremos que nuestra voluntad sea firme y nos conduzca hacia las más altas cimas.
Será un momento propicio para la fecundidad, para solicitar que el año sea propicio y las cosechas nos colmen de bienes.
El verano y la astrología
Nos cuenta la tradición que la noche del 24 de diciembre tiene lugar el nacimiento crístico, es decir, una chispa de espiritualidad nace en nosotros. El 24 de junio se produce el aspecto astrológico llamado oposición (a 180 grados). Los astrólogos nos indican que éste es el momento de la cristalización de los proyectos, cuando las cosas aterrizan en nuestra realidad, cuando toman tierra.
De este modo, podemos decir que el verano es el periodo en el cual debemos cosechar en nuestra vida aquellos propósitos que fueron plantados en Navidad, nuestros deseos de fin de año. Para conseguirlo contamos con la ayuda del signo de Cáncer, el plantador de deseos, con Leo, el signo de la suerte y con Virgo, el gran sabio que nos ayudará a que se materialicen.
El verano y los rituales
El verano es una buena época para llevar a cabo rituales que nos ayuden a mejorar nuestras espectativas de cara a próximo curso y a continuación vamos a proponeros dos:
1 Recargar la energía
Éste ritual es apropiado para todo el mundo, pero sobre todo para aquellas personas que pasan por situaciones de estrés, que se sienten al límite de sus fuerzas o que se descargan de energía a diario debido a los problemas que están viviendo. Este ritual debe llevarse a cabo, para obtener los resultados deseados, en las dos primeras horas después de la salida del sol.
- Ponte ropa clara, si puede ser blanca (absorbe mejor la luz y la energía).
- Sitúate en un lugar donde te alcance el sol de forma directa.
- Abre los brazos y ponte de cara al sol (con los ojos cerrados) y pídele que recargue de energía cada una de tus células, empezando por las de la cabeza, las del tronco y las de las extremidades. Realiza la petición tres veces (si te resulta posible sin perturbar a nadie, hazlo en voz alta).
- Da las gracias al sol por la energía que te ha transmitido.
- Dedica unos minutos a planificar la jornada.
Es interesante recordar que la base fundamental de un ritual es la voluntad que se moviliza para realizarlo y cuanto más sencillo sea un ritual, más efectivo.
2 Quemar la negatividad
Éste es un ritual cuyo objetivo es quemar aspectos de negatividad que puedan concurrir a ralentizar tu avance diario, por lo tanto ayudará a sentirnos mejor y a ser más felices.
- Enciende una vela (pensando que la luz de arriba se expanda hacia abajo).
- Toma un papel y un lápiz y confecciona una lista con los problemas que te están perturbando en este momento.
- Dobla el papel en tres pliegues.
- Repite tres veces con el papel en la mano: doy las gracias por las experiencias vividas y las doy por asimiladas y superadas.
- Coge un plato, un cenicero o cualquier otro soporte que te sirva y quema el papel.
- Da las gracias al universo por haberte liberado de este peso y apaga la vela.
Verás como una sensación de alivio invade tu cuerpo.
Este ritual puedes hacerlo también el día de la verbena de San Juan.
Tristán Llop
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