Montse vino a verme desesperada. “Todo me va de mal en peor. Mi vida se está desmoronando.
"Te explico solo una anécdota para que veas. Como pensaba que no me valoraban lo suficiente en el trabajo, me despedí. Me ofrecieron un puesto en Ibiza y localicé un apartamento muy cuco. Cuando llego allí, me dicen que el apartamento ya está alquilado y con el trabajo me habían engañado. Me dispongo a volver al aeropuerto y mientras subía mis maletas al taxi, me roban el perro. Lo denuncio y me quedo en la isla a ver si lo encuentran. La policía lo encuentra, junto con la ladrona y me llaman desde la comisaría. Voy allí felicísima y cuando llego el policía me explica que mientras escribía el atestado la ladrona se fue y se llevó mi perro de nuevo. A esto se le llama un cúmulo de desgracias, ¿no?”
Andamos alterados, son tiempo convulsos, a nivel político, social. La tierra se mueve, se produce un cambio de eje magnético. Hasta las ballenas pierden su orientación. Y esas movidas repercuten forzosamente en nuestra vida, en las relaciones con los que nos rodean. Necesitamos un cambio de perspectiva.
La clave siempre está en la palabra CAMBIO. Suelo repetir una frase que yo mismo he acuñado: misma historia, mismo resultado. Así, en mis consultas, trato de conseguir que mis consultados cambien la perspectiva de su vida.
Cuando las circunstancias se alteran a nuestro alrededor, deberíamos vernos empujados a realizar cambios, más o menos drásticos, en función de que nuestra vida esté más o menos estancada. Recuerdas aquello de: cuando veas las barbas de tu vecino recortar, pon las tuyas a remojar. Pues es precisamente lo que preconizo. Se trata de iniciar cambios en tu vida sin esperar a que las cosas se pongan feas, a que sean obligatorios.
A Montse se le hizo evidente, con tanto altercado (solo he explicado una pequeña parte), que necesitaba un cambio de perspectiva. Cuando vino a verme estaba rebotada con el mundo, pensando que había un complot cósmico contra ella. Lo malo de esta óptica, es que no te lleva a ningún sitio, salvo que quieras colonizar Marte.
Para reordenar su vida, sugerí a Montse una serie de movimientos. Pero lo primero fue que tuviera un cambio de perspectiva, conseguir que viera la vida desde un ángulo distinto, que en lugar de verla desde el entresuelo, lo hiciera desde el ático. Descubrió entonces cuáles eran las actitudes que la habían empujado a su actual situación.
La propuesta es iniciar los cambios ya. Empecemos por modificar hábitos diarios, cambiar los cubiertos de sitio, la ropa de cajón, comer distintos alimentos, ver programas diferentes en la tele, etc. Propongámonos, por ejemplo, realizar un pequeño cambio cada día.
Si quieres, cuéntame los resultados a través de tus comentarios.
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